

Chapter 7: Rafi
Season 2 Episode 7 | 1h 10m 11sVideo has Closed Captions
Sophie and Alain begin to suspect two employees of the Montalban.
Unknowingly to the Spanish police, Sophie and Alain work in a line of investigation that leads them to suspect two employees of the Montalban.
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Chapter 7: Rafi
Season 2 Episode 7 | 1h 10m 11sVideo has Closed Captions
Unknowingly to the Spanish police, Sophie and Alain work in a line of investigation that leads them to suspect two employees of the Montalban.
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Learn Moreabout PBS online sponsorshipComisarios, creo que deberían ver esto.
-¿Qué pasa?
-¿Se acuerdan de la cartera -de Isabel Freire?
-¿Ha aparecido?
Con sorpresa.
La trajeron un padre y su hijo.
La encontraron en el río.
Al estar en la orilla, hay una parte del cuero que ha resistido al efecto de agua.
[Sophie] Ahora mismo están buscando huellas que nos lleven hasta la persona que se deshizo de la cartera.
Consigan las huellas de los trabajadores del hospital.
He tenido mucho, muchísimos casos tan complicados como este o más.
Pero aquí hay un problema.
Usted.
Déjeme tomar las riendas, y le aseguro que empezaremos a tener resultados.
[Víctor] ¿Tú sabes si mi padre ha pedido permiso para poner micros en el coche de la doctora Yagüe?
Desde que el franchute y tú pusisteis los micros, no se han vuelto a colocar ninguno más.
Ven al hospital ahora mismo.
Y no le digas nada a nadie.
Qué cabrón es ese gabacho.
Esta gente solo quiere salvar su culo.
Tenemos que detener a Miguel cuanto antes.
Hagámoslo a tu manera.
[Sophie] Han manipulado la escena del crimen.
Han falsificados pruebas.
Y han puesto en peligro la identidad de mi agente.
-¿Va a denunciarlos?
-Yo no presento la denuncia, y usted da un paso atrás.
¿Está dispuesto a ceder el mando por sus hombres?
Quiero informaros de que, a partir de ahora, tendremos que responder ante la comisaria Leduc.
En unas horas vendrá el furgón para trasladarle a prisión.
Debería hablar con Ginés.
Me dijo que, si acababa en la cárcel, -hablaría con la policía.
-[Ginés] Dile a doña Adela que se me está agotando la paciencia.
Que, o me saca de aquí ya, o llevo a la policía al jardín.
¿Al jardín?
¿Qué jardín?
Ella sabe de qué le hablo.
[Sophie] ¿Has sacado algo del celador?
¿Alguna sospecha de a quién puede estar protegiendo?
Me ha dado un mensaje para doña Adela.
Dice que, si no le ayuda, llevará a la policía al jardín.
Ginés amenaza con contarlo todo.
Ve al jardín y deshazte de todo.
[Alain] Hablaba con Marcos Lara, el enfermero.
Búsquele, y que no se le escape.
Siento haberte gritado antes, pero casi te matan, Belén.
Y no me lo habría perdonado en la vida.
Comisaria, tenemos los resultados.
La coincidencia entre las huellas es de un 95%.
La jefa de enfermeras.
¿Vidal?
Lidia Abad.
Tráigala cuanto antes.
-Oiga, enfermera.
-¿Sí?
Eh, me gustaría hablar un minuto con usted.
Muy bien, si me da un minuto.
-Rafi, soy yo.
-[Rafi] ¿Qué quieres?
La policía viene a por mí.
-¿Qué dices?
-Van a detenerme.
[resuello] Sal, sal de ahí.
Escápate.
Como descubran lo de Catherine, van a ir a por ti.
Te quiero cariño, cuidado.
¿Dónde se supone que va tan de prisa?
¿Eh?
[suena música de tensión] [suena música de suspenso] [obturador] Muy bien.
Venga, y ahora otra vez, y sonría un poco, mujer.
Que así empezó la Schiffer, y mire dónde ha llegado.
[suena música de suspenso] Parece una pobre mujer.
Las apariencias engañan.
Pero usted manda, comisaria.
Si quiere la soltamos sin interrogar.
De todos los trabajadores del hospital, la última a la que esperaba encontrar aquí era usted.
Ni siquiera sé por qué me han detenido.
Para empezar, por huir de un agente de la autoridad.
Y después, por esto.
¿Lo reconoce?
Y no me diga que no, porque tiene sus huellas.
[Casas] Si iba a deshacerse de esa cartera, debería haber puesto más cuidado y usar guantes.
El agua no siempre borra las huellas.
¿No creerán que yo he podido hacerle nada a Isabel?
¿Isabel?
No hemos dicho nada de Isabel.
¿Cómo sabe que esa cartera era suya?
Pues... pues, porque es su cartera, la conozco.
Trabajamos juntas.
¿Conoce las carteras de todas sus compañeras?
Pues no, no, de todas no, pero, pero sí la de ella.
¿Y entonces sus huellas aparecieron en ella por arte de magia?
No.
Pero... Es que Isabel era muy despistada, y siempre solía dejarse todo por cualquier lado, y yo soy una maniática del orden, supongo que la cogí en algún momento para, -para dejarla en su sitio.
-Mmm-hmm.
Como, como excusa, es muy pobre.
¿Dónde estaba la noche en que desapareció -Isabel Freire?
-Ya les contesté a esa pregunta.
Sí, pero entonces no sabíamos que usted se dedica también a deshacerse de pruebas.
Pues, estaba en el hospital como todos los días a esas horas.
[Sophie] ¿Tenía algún tipo de relación con Catherine Le Monnier?
No.
Bueno, es que llevaba muy poco tiempo en el hospital.
Una relación normal, como con el resto de los doctores.
¿Dónde está Catherine Le Monnier, -señora Abad?
-[Lidia] Que no lo sé, que yo no sé dónde está la doctora Le Monnier.
¿Pero cómo pueden pensar que yo les haya hecho algo?
Entonces, si no les ha hecho nada, -¿por qué huyó?
-[Lidia] Pues, por... pues, no lo sé, porque me puse nerviosa, por-porque me asusté.
Se lo juro, comisario, tiene que creerme, yo... yo no sé dónde está la doctora Le Monnier.
Isabel y yo sí, sí éramos compañeras, amigas, pero ¿por qué iba a matarla?
[carraspeo] -Para ser la nueva jefa.
-¿Está de broma?
¿Usted sabe lo que cobra una jefa de enfermeras?
¿Alguien mataría por una miseria así?
No.
Le sorprendería lo que ciertas personas pueden hacer por mucho menos.
Bueno, pues yo no soy así.
Y la creo.
Estoy segura que usted no es el tipo de persona que se mancha las manos.
Quizás Ginés Castillo lo hizo por usted.
¿Pero están locos?
Yo... Yo no tengo nada que ver con ese hombre.
[Casas] Estoy perdiendo la paciencia.
Si no fue usted, ¿a quién pretendía ayudar deshaciéndose de esa cartera?
[Sophie] Señora Abada, la vida de Catherine está en juego.
Si sabe quién la secuestró, o dónde está, más vale que nos lo diga, y ya.
[Rafael] ¿Le han sacado algo?
No responde al perfil que estamos buscando.
Y aparentemente no tiene motivos para hacerle daño a ninguna de las víctimas.
Está encubriendo a alguien.
Quiero que revises sus últimas llamadas, y que se encargue del registro de su vivienda.
Ya, pero para eso hay que pedir -una orden judicial.
-Ya lo he hecho.
¿En serio?
Qué efectividad.
Jefe, al César, lo que es del César.
Si queremos dar con el paradero de Catherine Le Monnier, tenemos que averiguar a quién está encubriendo la señora Abad.
Sí, muy bien, pero hay algo a lo que le estoy dando vueltas, y que no acabo de entender.
Cuando la enfermera intentó huir, primero fue al vestuario, y luego al antequirófano.
¿Y?
Que conoce el hospital mejor que su casa, ¿por qué estuvo dando vueltas en vez de intentar escapar?
A no ser que hubiera una razón para hacer ese recorrido.
¿A qué se refiere?
A que quizá lo que le preocupaba a la señora Abad no era que le detuviéramos, sino que encontráramos algo que la inculpara a ella, o a la persona a la que está protegiendo.
La gente que la cacheó dice que no le encontró nada extraño encima.
Puede que lo destruyera antes.
O puede que no le diera tiempo, y aún está en el hospital.
Hay que llamar a Víctor y Alain.
Disculpe, ahora es usted la que tiene el mando.
Hmm, es una gestión sin importancia.
Pero tiene razón.
Ahora soy yo la que está al mando.
Gracias de todos modos, tengo móvil.
Jefe, le van a dar la medalla por la paciencia policial.
Registre la casa de la enfermera.
Sí, señor.
¿Has sabido algo de Marcos, el enfermero?
[Alain] Nada.
No ha vuelto aún.
[Sophie] En cuento aparezca no le quite ojo.
Tenemos que averiguar qué esconden Ginés Castillo -y la directora.
-No, no me va a resultar fácil hacerlo a espaldas de Víctor.
Es su compañero.
Quizá podría hablar con él y... Alain, es usted el mejor, por eso está aquí.
Confío en usted.
Sí, comisaria.
Y ahora busque a Víctor.
Necesito reunirme con ustedes.
[pitido] [Belén] [riendo] ¿Qué haces?
-¿Qué haces?
-Nada... -Hola.
-...curarme un poco.
-Perdón, ¿eh?
Perdona.
-Está todo bien.
Le pones un poquito de pomada antibiótica, y listo.
Víctor, tenemos que, que hacer una biopsia.
Ahora, ¿no?
[Alain] Ahora mismo, claro.
-¿En qué quirófano?
-[Alain] Tres.
-Tres.
-[Alain] Tres.
Ahora voy.
Siempre aparece en el momento justo.
Yo creo que le gustas.
Yo creo que le gustas tú.
[risas] [Víctor ríe] [Víctor] Anda, ¿qué?
¿Una biopsia?
¿Una pomada antibiótica?
[Sophie] ¿Algún problema?
[al unísono] Ninguno.
Bien.
Creemos que antes de ser detenida, Lidia Abad escondió algo que podría ayudarnos a resolver el caso y a encontrar a Catherine Le Monnier.
¿Algo?
Ganaríamos tiempo si nos dijera qué buscamos.
Se los diría si lo supiese.
Ah.
¿Y dónde buscamos?
También se los diría si lo supiese.
Comisaria, este sitio es gigante.
No vamos a encontrar nada.
Ustedes la siguieron por todo el hospital antes de ser detenida.
Reconstruyan sus pasos.
Claro.
Ponemos patas arriba medio hospital.
Facilísimo.
Si tiene algún problema con las ordenes que le doy, puede dejar el caso.
No se lo voy a poner tan fácil.
Esta es la llave de la taquilla de Lidia Abad.
La hemos tomado prestada de sus pertenecías.
Empiecen por ahí.
Ya intentó deshacerse de la cartera de Isabel Freire.
Sea lo que sea, tienen que encontrarlo rápido.
Sí, comisaria.
Espere, Víctor, quiero hablar con usted un momento.
A solas.
Empieza tú la búsqueda del tesoro.
Sé que no empezamos con buen pie.
Claramente su manera de trabajar y la mía no tienen nada que ver.
Pero quiero que le quede claro que todo lo que hago es por el bien del caso.
Ya.
Cada uno hace las cosas por una razón.
Aunque, con el debido respeto, comisaria, usted parece que lo hace más por salvar su puesto que por otra cosa.
Si alguien ha hecho algo por salvar puestos, -ese es su padre.
-Que él también sea un egoísta no la convierte a usted en mejor persona.
Su padre no se retiró del caso para salvar su propio puesto, sino para salvar el suyo y el del inspector Vidal.
Puede que hasta les haya librado de ir a la cárcel.
¿No lo sabía?
¿Y usted se considera un buen policía?
[exhalación] [suena música de tensión] [Natalia] Marcos.
[Marcos] ¿Qué?
[Natalia] La policía se ha llevado a Lidia.
-¿A Lidia?
-[Natalia] Sí.
Y esto es un caos.
Te estaba buscando, ¿se puede saber dónde estabas?
Relájate, Natalia.
Por mucho que quieras, todavía no eres mi jefa.
Mira, quirófano tres, te están esperando.
[Víctor] ¿Qué haces aquí todavía?
Esperarte.
Vamos.
[suena música de suspenso] [golpes a la puerta] ¿Hola?
Señoras, hay un incendio, ¡salgan rápidamente!
¿Estás loco?
Vacío.
Vigila la puerta.
No.
Yo tengo la llave.
Tú vigilas la puerta.
¿Estás seguro de que tienes la llave?
[exhalación] ¿Nadie te advirtió que tuvieras cuidado al llegar a España?
Que hay mucho ladrón.
Y tenían la razón.
Espero que tengas más ojo vigilando.
[suena música de suspenso] Alain.
-¿Qué hay?
-¿Qué es esto?
Vitaminas.
Lidia es doña Perfecta.
Jamás tendría algo así tirado en su taquilla.
¿Y el bote?
No hay ningún bote.
¿Dónde fue después del vestuario?
Puede que escondiera el bote por aquí.
[hombre 1] ¿A las 12 entonces?
-[Alain] Mierda.
-[hombre 2] Sí.
[hombre 3] Pues hablaré con los del sindicato.
Muy bien.
[Víctor] Eh... ¿llego tarde?
Un poco, sí, ¿no?
No puede ser que me haya vuelto a equivocar.
Ah, operación de próstata.
-Sin importancia.
-Me ha tocado a mí.
Menos mal.
Últimamente no sé dónde tengo la cabeza.
Al menos ya no tienes quién te eche la bronca, ¿no?
Ahora entiendo por qué estaba siempre tan tensa.
Eh.
[suena música de tensión] Cuando salió de aquí, Vidal la detuvo y no llevaba nada encima.
Tiene que estar por aquí.
Mira en el carrito de las medicinas.
Oye, lo de antes.
¿Qué antes?
Cuando te encontré con Belén.
Alerta, pregunta trampa.
[resoplo] ¿Por qué?
Porque sabes que me gusta restregarte ese tema por la cara.
Y porque si te confirmo que me he acostado con la implicada, la ibas a usar en mi contra.
¿Qué?
[risa] Puede que entre Francia y España estén los Pirineos, pero se os ve venir a leguas.
¿Crees que sería capaz de usar algo así en tu contra?
Merde!
A las pruebas me remito.
Tu jefa se ha cargado al mío para apuntarse cualquier tanto que dé la investigación.
Eh.
Yo no soy como ella.
Ya sabes lo que dicen, dime con quién andas y te diré quién eres.
[suena música de suspenso] -Víctor.
-¿Sí?
-Aquí hay algo.
-[Víctor] A ver.
¿Qué tienes?
[suena música de tensión] ¿Qué es esto?
Joder.
[suena música dramática] El collar de Catherine Le Monnier.
Estaba en el dispensador de jabón del antequirófano.
Intentó esconderlas antes de escapar del hospital.
¿Estamos seguros de que las joyas son de Catherine Le Monnier?
El collar es idéntico.
Adriana Le Monnier, la madre de Catherine, está volando a España para reconocerlas.
Si son suyas, la pregunta es ¿qué hacía Lidia Abad con ellas?
Guardárselas a la persona a la que está encubriendo.
-¿Pero a quién?
-A eso le puedo responder yo.
Bonito marco, ¿verdad?
La encontré en casa de Lidia Abad.
¿Os suena la cazadora?
Le tenemos.
[Rafael] Rafael Martínez, alias, Rafi.
El hijo de Lidia Abad.
Tiene antecedentes por hurto menor, conducción temeraria, y alguna que otra pelea, vamos, lo que viene siendo un pieza.
-¿Esa moto es del tal Rafi?
-Una moto estilo custom, como en la que huyó el secuestrador de Sara Guzmán.
Y si a eso le unimos que la última llamada que hizo la enfermera fue a él... Está encubriendo a su hijo, por eso tiró al río la cartera de Isabel Freire y escondió las joyas de Catherine.
Para protegerlo.
-¿Entonces?
-Si el hijo de Lidia es la persona que le hizo la foto a Catherine, y ella llevaba su chaqueta, eso indica que se conocían.
-¿Creen que están liados?
-Es una opción.
Sea lo que sea, tenemos que averiguar su paradero.
Comisario, pida una orden de búsqueda de Rafael Martínez.
A usted, Vidal, lo quiero al frente de esa búsqueda.
-¿Y nosotros?
-Averigüen qué tipo de relación mantenía Catherine con el hijo de Lidia Abad.
Y qué motivos podía tener este para atacar al personal del hospital.
-Okey.
-[Casas] Y estén atentos por si aparece por el hospital.
Si se ha enterado de la detención de su madre, es posible que quiera recuperar las joyas.
[Sophie] Alain, ¿tiene un minuto?
[suena música suave] ¿Ha averiguado algo sobre el jardín del que le habló Ginés Castillo?
No.
No puedo jugar a buscar tesoros por el hospital, esquivar a Víctor, y perseguir enfermeros al mismo tiempo.
¿Sucede algo, inspector Julliard?
Deberíamos trabajar con los españoles, no a contra.
Avisaremos a los españoles cuando llegue el momento.
Hasta entonces, no pierda de vista a Marcos Lara.
Y no quiero que nadie más lo sepa.
¿Es una orden?
Oui.
[suena música de tensión] [Belén] ¿De verdad creéis que Lidia tiene algo que ver con todo esto?
-De momento, son solo indicios, pero va a tener que explicar unas cuantas cosas.
¿Como qué?
-Es confidencial, ¿vale?
Vale, -Víctor, lo he entendido.
No hace falta que me lo repitas cada vez que me cuentas algo.
Ven.
Lidia tenía las joyas de Catherine.
Parece que las cosas no pintan bien para ella.
Bueno, no sé, igual eso puede explicarlo, ¿eh?
Su hijo estuvo con Catherine.
Igual ella se las dio.
O se las encontró en... ¿Estás segura de que estuvieron juntos?
Sí.
Creo que sí, tampoco lo iba contando por ahí.
Además, no duró mucho tiempo.
-Pero... -¿Crees, o lo sabes?
Es importante.
A ver, Lidia me lo contó.
-¿Lidia?
-Sí, Lidia.
Estaba muy contenta.
Su hijo es un bala perdida, y de pronto, que estuviera con Catherine, le parecía como que era una buena influencia, no lo sé.
¿Qué haces?
-Esta noche... -Anda, tira, tira, tira.
[resoplo] Esta noche.
[suena música de tensión] [timbre de teléfono] -Dime, Víctor.
-Confirmado.
El hijo de Lidia estaba con la francesita.
Supongo que te refieres a Catherine Le Monnier.
[Víctor] Esa misma.
La doctora Yagüe acaba de confirmármelo.
Un dato más, se lo dijo Lidia Abad.
Ella lo sabía, y no os contó nada.
De acuerdo.
De nada.
¿Qué pasa?
Conozco esa cara.
Víctor acaba de confirmarnos que el hijo de Lidia mantenía una relación con Catherine.
Y Lidia Abad lo sabía.
¿Pero de qué estamos hablando?
¿De un casquete de vez en cuando, o de algo serio?
Porque usted ya sabe como son las francesas.
[risa] Y... lo digo con todos mis respetos.
Debería recordarle a sus hombres quién está al mando.
Información tan relevante como esa se me tiene que dar de manera prioritaria.
Por supuesto.
En cuanto a usted, supongo que lo suyo no tiene solución.
Lo siento, señora.
Comisaria.
Supongo que de vez en cuando soy un poco... bocachancla.
En eso estamos de acuerdo.
Voy a ver qué tiene que decir Lidia Abad sobre este asunto.
[suena música de suspenso] ¿Por qué no nos dijo que su hijo mantenía una relación sentimental con Catherine?
Porque pensé que no tenía importancia.
[Sophie] Eso lo decidimos nosotros.
No fue un... no fue nada serio, fue...
Se llamaron un par de veces para quedar, ya está.
[Sophie] Señora, su hijo no es precisamente un angelito.
Si quiere le leo su ficha policial.
¿Nunca se le pasó por la cabeza que podía estar implicado en la desaparición de la señorita Le Monnier?
Mi hijo no le haría daño nunca a nadie.
Y mucho menos a esa chica.
¿Le dio él las joyas?
¿Sabía a quién pertenecían?
No, no lo sabía.
Me las dio para que las empeñara, porque necesitaba dinero.
Y no se le ocurrió preguntarle de dónde las había sacado.
¿Dónde está su hijo?
En Alicante.
Eh, lleva un mes allí.
Lo comprobaremos.
Mi hijo es inocente.
Se lo aseguro, estoy segura.
[suena música de tensión] [conversación indistinta] ¿Qué pasa?
-Lo de siempre.
-A ver, calma.
No es la primera vez que pasamos por algo así.
Ya, doña Adela, pero quién iba a pensar que Lidia... Yo es que todavía no doy crédito.
[Adela] Ni deberías.
Hace muchos años que conozco a Lidia, y estoy convencida de que es inocente.
¿Y por qué está tan segura, doña Adela?
Por lo mismo que lo estaba cuando detuvieron a Daniel, Alain, o a ti.
A mí nunca me han detenido.
Puede que no salieras de aquí esposada, pero todos sabemos que estuviste en su punto de mira.
Has tenido mucha suerte, Natalia.
Sé que estamos viviendo momentos difíciles, y que cada día que pasa, y la policía no encuentra a Catherine, ni detiene al culpable, los nervios van en aumento.
Pero no podemos desconfiar los unos de los otros.
El Policlínico Montalbán siempre ha sido una familia, y las familias deben de permanecer unidas, tanto en los momentos buenos como en los malos, por muy malos que sean.
No me puede pedir que crea en Lidia.
No, pero en mí sí.
Y yo pondría la mano en el fuego por ella.
Volved a vuestro trabajo, por favor.
El Montalbán tiene que mantener su prestigio.
[Marcos] Doña Adela, ¿podemos hablar un momento?
[Adela] Sí, pero no aquí.
Vamos a mi despacho.
[suena música de suspenso] ¿Te has encargado de todo?
[Marcos] No he podido.
¿Por qué?
Hay una feria al lado.
Demasiada gente.
Y así, no hay nada que hacer.
[Adela] Vuelve cuando puedas.
Y deshazte de todo cuanto antes.
Por supuesto.
Cuando todo esto pase, sabré cómo agradecértelo.
Déjelo de mi cuenta.
Ahora, si Ginés habla, vais a tener un problema.
-Los dos.
-[Marcos] Todos nos jugamos demasiado en esto, -doña Adela.
-[Adela] Sí, y por eso he pensado que si se confirma la detención de Lidia, te espera aquí un gran futuro.
Natalia no se lo va a tomar nada bien.
Después del numerito que me ha montado, ya puede darse por satisfecha con que no la despida.
[Marcos exhala] Una cosa más, Marcos.
No quiero que quede ningún rastro.
No se preocupe.
Deja la llave donde siempre.
Y esperemos a que pase la tormenta.
Con la policía dentro del hospital, cuantas menos sospechas levantemos, mejor.
[suena música de suspenso] Hola.
Hasta luego.
[suena música de suspenso] Hola, ¿qué tal?
Adiós.
[suena música de suspenso] [pitido de alarma de auto] [obturador] [suena música de suspenso] Putain!
¿Siempre tienes que aparecer así?
La próxima te mando un WhatsApp para avisarte.
Ajá, gracias.
¿Qué coño quieres?
¿Ah?
Compartir información, como dos buenos compañeros.
-Mmm-hmm.
-¿Y tú qué hacías ahí?
No lo sé, se supone que trabajamos aquí.
Por lo menos debe parecerlo, ¿sí o no?
¿Se sabe algo del hijo de Lidia?
¿Alguna pista?
De momento, nada.
Nos lo hubieran dicho, ¿no crees?
Supongo.
Vosotros nos lo diríais, ¿no?
Estaría muy feo ocultar información a los compañeros.
Pero no, claro, vosotros no hacéis eso.
Tengo trabajo, compañero.
Si me disculpas.
[suena música de tensión] [Rafael] El tal Rafi, este, tiene dos cuentas.
Una está medio seca.
No ha habido movimientos en el último mes.
La policía de Alicante ya lo está buscando, pero de momento, nadie lo ha visto por ahí.
Tampoco creo que lo hagan.
Su moto tiene una multa de aparcamiento en Madrid, en la misma calle del hospital.
-A principios de enero.
-Lidia Abad no para de mentir, -una y otra vez.
-Bueno, está haciendo lo que haría cualquier madre por proteger a su hijo.
Se acabaron los cuentos, voy a sacarle la verdad como sea.
¿Por qué no me deja a mí?
¿Y qué va a hacer?
Le vi en el interrogatorio con Ginés Castillo.
Ya, ya sé que piensa que soy un animal.
Pero confié en mí.
¿Y por qué debería?
[respiración profunda] Yo también soy padre de un chaval un poco... problemático.
Así que su hijo lleva un mes en Alicante.
Creo que le había salido un trabajo en una discoteca, -o algo así.
-[Rafael] Ya.
-¿Sabe usted lo que es esto?
-No.
[Rafael] Una multa de aparcamiento de la moto de su hijo.
Seguro que no le extraña, porque los chicos malos, pues, aparcan donde quieren.
Y le llegan tres o cuatro como estas a casa todas las semanas.
Pero resulta que aparcó en la calle del hospital justo la noche en que secuestraron a Isabel Freire.
Dudo mucho que pueda explicarme tanta coincidencia.
Su hijo es culpable.
Y pagará por ello.
No.
Yo maté a Catherine.
[suena música de tensión] Era buena chica.
Al principio se portaba bien con él, pero luego no me gustaba como lo trataba.
-¿Y por eso le mató?
-[Lidia] No, tuvieron una pelea los dos.
Mi hijo siempre ha sido muy impulsivo, pero la culpa fue de los dos, se lo juro.
Ella amenazaba con denunciarle.
Esa chica... Esa chica estaba desequilibrada.
Iba a consulta con la doctora Guzmán.
El caso es que, con el historial de mi hijo, le habría arruinado la vida, no habría podido volver a levantar cabeza.
¿Y cómo la mató?
Le di un golpe.
¿Dónde?
En la cabeza.
[Rafael] No, dónde.
En... en su casa.
Le llamé por teléfono y quedé con ella.
¿Y usted también mató a Isabel?
Descubrió lo de Catherine, y me dio miedo que fuera a contarlo a la policía, tuve que matarla a ella también.
[Rafael] Ah, ¿y dónde la mató?
[Lidia] En el bosque.
[Rafael ríe] Ya.
Ay.
[exhalación] Déjeme que yo ahora también le cuente una historia.
Seguro que tiene un poquito más de credibilidad que el cuento que me acaba de contar.
Y si no voy bien, usted me corta, ¿qué le parece?
¿Hmm?
El niño, de pequeño, era adorable.
Más bueno que el pan.
En la comunión estaba, bueno, bueno, bueno, para comérselo.
Un santo.
Pero el niño creció, empezó la jodienda, las malas compañías.
Un día la llamaron del colegio, una pelea, y usted pensó: "Bueno, son cosas de chiquillos".
El niño dejó el instituto a medias.
Como no quería estudiar, trabajo no había.
Así que se pasaba el día por ahí con sus amigos.
¿Voy bien?
¿Seguro que sí?
Lo gordo fue la primera vez que lo detuvieron.
Usted lloró, claro.
"Ay, mi hijo.
Que no ha hecho nada.
Es un santo.
¿La culpa?
La culpa la tienen sus amigos, que son unos golfos".
Pero el problema es que su hijo cambió de compañía, pero no fue la última vez que visitó la comisaría.
¿Me equivoco?
Mi hijo no ha tenido una vida fácil.
Su padre no fue bueno.
Nos abandonó.
Ya.
Si yo le contara, muchos padres abandonan a sus hijos.
Muchos terminan tocados.
Algunos se hacen malos, y otros se hacen polis.
[Lidia] Él nunca le haría daño a Catherine.
Muy bien, vayamos por partes.
Empecemos con lo que tenemos.
Usted llamó a su hijo justo el día en que la detuvimos, ¿qué le dijo?
¿Que huyera?
Ya le he dicho que Rafi no ha hecho nada.
Usted dice que mató a Catherine.
¡Sí, sí!
Pero está lo de las joyas.
Y tenemos la multa de aparcamiento.
Lo que sitúa a su hijo en el lugar donde secuestraron a Isabel Freire.
Vamos muy mal.
¡Muy mal!
[suspiro] Mire, señora, yo también tengo un hijo.
Un pieza, como usted.
Hace poco se metió en un lío de drogas.
Trapichó con su amigo, vendiéndola de colega, poca cosa, pero por ahí se empieza.
Mi Asun se puso, bueno, como una fiera, que nadie le iba a tocar un pelo a su hijo, que pobrecito.
Le metí dos hostias, que le sentaron como Dios.
Espabiló de golpe.
Mi Asun estuvo un par de días de morro, pero luego entendió que había hecho lo que tenía que hacer.
[Lidia] Y ese es la solución para usted, ¿no?
Un par de hostias.
No, la solución es que entiendan que ese no es el camino.
Y que delinquir tiene sus consecuencias, y la principal de todas es que acaban jodiéndose la vida.
Lo que usted está haciendo no ayuda para nada a su hijo.
Tiró la cartera al río para protegerle.
Ya sé que es su niño, pero está a un pasito... a un pasito de convertirse en un asesino, el asesino de Catherine.
[sollozos] Y no creo que eso sea lo que una madre quiere para su hijo.
¿Quiere usted salir de aquí ahora mismo?
[respiración agitada] Podemos hacer un trato.
Colabore con nosotros, y se estará ayudando a usted misma.
Y sobre todo a Rafi.
Ayúdenme.
Ayude a mi hijo, por favor.
Tenemos que hablar con él.
Díganos dónde está.
Buen trabajo.
Por un momento hasta me ha parecido que tenía corazón.
Todo lo que ha escuchado es rigurosamente cierto, comisaria.
Vidal es un hombre decente, solo hay que conocerlo.
Solo tiene que llamarle y quedar con él.
Donde usted quiera.
Pero que no resulte demasiado raro.
-¿Qué diré?
-Dígale que todo está bien.
La policía no ha encontrado nada.
Solo la hemos interrogado y la hemos soltado.
Del resto nos ocupamos nosotros.
Sobre todo, tranquilícelo.
Es importante que no pongamos en peligro a Catherine.
Vale.
Respire hondo, y adelante.
Cuando quiera.
[respiración profunda] [Lidia] ¿Rafi?
Sí, cariño, soy yo.
Sí, no te preocupes, todo está bien.
¿Que está todo bien?
Entonces ¿por qué coño -te han detenido, mamá?
-[Lidia] Porque han encontrado la cartera de Isabel, y están preguntando a todo el mundo, están interrogando a todo mundo para ver quién la ha encontrado.
Pero no te preocupes, no saben nada más.
[Rafi] ¿Qué has hecho con las joyas?
Me dio tiempo de esconderlas en el hospital.
Pero... pero tienes que llevártelas en seguida, por favor, ¿eh?
Porque están registrándolo todo, y yo no sé, si las encuentran, yo no sé qué va a pasar.
-Vale, ¿dónde nos vemos?
- [Lidia] Pues, no sé, donde siempre, en el parking, ¿te parece?
¿Eh?
Pero en seguida, por favor, ven rápido.
[Rafi] Yo en media hora estoy allí.
[Lidia] Vale, gracias, cariño.
[suspiro] [exhalación] [suena música de tensión] [sollozos] [Rafael] Lidia ha quedado con su hijo en el parking.
Cuando se entere de que su madre lo ha vendido, se va a cabrear mucho, vamos yo me cabrearía.
Tú es que eres muy de cabrearte, Vidal.
Todavía no has visto nada, hijo.
Caballeros, concentrémonos.
-Relájate, Roberspierre.
¿Hmm?
-Vidal, si por lo menos supieras quién es Roberspierre...
Ya lo busco luego en Internet, ¿hmm?
Bien.
Bueno, ¿entonces qué hacemos?
[Rafael] Me conformo con que no la caguéis, y estad atentos por si la cosa se tuerce, no vaya a ser que se me escape un guantazo... y el Rafi necesite un médico.
Bueno, señores, cambio y corto.
Empieza la fiesta.
Vámonos, señores.
Todos atentos.
Los quiero más concentrados que el Ariel.
Los jefes nos esperan en comisaria.
No quiero ni un fallo.
En cuanto veáis entrar al sujeto, me avisáis por walkie.
Y total silencio hasta que acabe la operación, ¿estamos?
Venga, vamos.
[policía por radio] Está a punto de llegar.
Todos atentos, no quiero ni un pestañeo.
Gracias.
[inaudible] [suena música de suspenso] [marcación telefónica] Está llegando.
¿Lo tenéis a la vista?
-[Víctor] Aún no.
-[Rafael] A ver si ese pego no ha pillado la moto.
[Víctor] No va a ser tan fácil.
Aquí está.
Baja para el parking.
[Rafael] Vale, todo mío.
Ay.
[suena música de suspenso] En cuanto se baje de la moto, lo intrincamos.
Preparados.
Vamos.
[Rafi] ¡Joder!
[motor enciende] Me cago en sus muertos.
¡Quieto!
[Lidia grita] ¡Policía!
¡Quieto!
¡No le dispare!
¡No le dispare, por favor!
[sirena de policía] [chirrido de neumáticos] [sirena de policía] ¡Fuera de aquí!
¡Fuera de aquí!
[suena música de tensión] -Dime, Vidal.
- [Rafael] Víctor, se escapa.
Paradlo como sea.
[suena música de tensión] [chirrido de neumáticos] Ahí está.
[suena música de suspenso] [quejido] [chirrido de neumáticos] [sirena de policía] [derrape de neumático] [jadeos] [Rafi] ¡Cabrones!
¡Me habéis jodido el hombro!
Sí, claro, la policía siempre tiene la culpa.
[Rafi se queja] Espósame al prenda, este.
¿Necesita una ambulancia, agente?
[Rafi se queja] Déjate de vaciles, hijo.
Y devuelve al bicho este, que te vas a meter en un lío.
No te muevas.
No te muevas.
¡Quieto!
¿Qué pasa, hijo?
¿Te duele?
¿Eh?
¿Quieres un tranquilizante?
¿Quieres-un-tranquilizante?
[Rafi] Vale.
-[Rafael] Ven aquí.
-[Rafi] Joder.
[suena música dramática] Sé por lo que estás pasando, Lidia.
Y como madre, comprendo tu dolor.
Pero te lo advertí, ese chico terminaría metiéndote en un lío.
Rafi no es más que un imán de problemas.
Mi Rafi no es un asesino, doña Adela.
No.
[llorando] Imposible, de verdad.
Lidia, has luchado mucho por él, siempre le has protegido.
¿Y qué quería que hiciera?
[resuello] ¿Como su padre?
¿Coger la puerta y marcharme?
No.
Yo no soy así.
Le he dado todo lo que tenía, y no ha servido de nada.
Todos tomamos nuestras propias decisiones, no puedes culparte por eso.
Le has dado un buen ejemplo.
[sollozos] [llorando] Pero ya no puedo más, doña Adela, ya no puedo... [Adela] Tranquila.
Te comprendo, tranquila, tranquila.
Lidia, ¿sabes lo que tienes que hacer ahora?
Tienes que soltar esta carga.
[llanto] Lo tienes que hacer por tu bien y por el de Rafi.
No puedes dejar que Rafi te arrastre.
[sollozo] [resuello] ¿Me está pidiendo que le abandone?
Yo nunca te pediría algo así.
Ento-Entonces no la entiendo.
¿Qué te ha dicho la policía?
¿Van a presentar cargos contra ti?
Sí.
Probablemente por encubrimiento.
Que te hayan dejado en libertad es una buena señal.
Ya, porque les interesaba, porque saben que no voy a ir a ninguna parte mientras le tengan retenido.
No sé.
Supongo... supongo que va a depender de lo que tengan contra Rafi.
[Adela] Rafi está condenando, Lidia, sé práctica.
¿De qué le serviría a él que los dos terminéis en la cárcel?
Piénsalo.
¿Quiere que Rafi cargue con las culpas para que se cierre el caso?
Lo que quiero es que tengas la cabeza fría, y que hagas lo mejor para todos.
Para el hospital, para ti y para él.
Por supuesto.
¿Sabe lo que le digo?
Que se busque otro chivo expiatorio.
[suena música dramática] Yo sé que él es inocente.
¿Y en qué te basas?
¿En la intuición?
Pues dime, ¿qué sacaba Rafi matando a Isabel?
Hombre, su madre es la nueva de enfermera.
No creo que nadie mate por un ascenso.
-[Marcos] Ah, pregunta por ahí.
-[Daniel] Además de ganar más, eso le garantiza el acceso libre a todo el hospital.
Y ya sabemos de qué pie cojea Rafi.
Acceso libre tenemos todos a casi todo.
¿No?
¿Qué insinúas?
Bueno, que no le hagas caso.
Hay que joderse.
¿Quién anduvo liado con Catherine?
¿Eh?
¿Quién?
¿Yo?
Y si no, pregúntale a Sara.
¿Eh?
Pregúntale qué opina de Rafi.
¿Hmm?
Vamos, Sara, te estamos esperando.
Daniel, te estás pasando.
No hay problema, sí tiene razón.
A priori, tiene sentido que haya sido él.
¿Tú no dijiste que no recordabas nada?
[Daniel] ¿Con quién sino, se va a juntar alguien como Ginés?
¿Hmm?
[Belén] Rafi no es tan listo como para planear esos crímenes.
En la calle se aprende mucho, ¿eh?
[Daniel] Yo no pondría la mano en el fuego por Rafi.
Muy bien.
Ya sé lo que pensáis de mi hijo, pero aquí todos tenemos mucho que callar.
No irás a compararnos con tu hijo.
[Lidia] ¿Qué pasa?
¿Que porque mi hijo haya cometido errores en el pasado eso lo convierte automáticamente en un asesino?
¿Es eso lo que quieres decir?
-Lidia, cálmate, por favor.
-No me da la gana.
Aquí todos hemos cometido errores, todos, sin excepción.
Aquí no se salva nadie.
En este hospital cada día un montón de gente pone su vida en nuestras manos sin hacer preguntas, sin pedir explicaciones.
Es muy triste comprobar que los extraños a veces confían más en nosotros que nuestros propios compañeros.
Lidia... Lidia, tienes razón, estamos todos muy nerviosos.
Conozco a mi hijo, Sara.
No es un asesino.
Seguro que no.
De verdad, si necesitas ayuda, si necesitas cualquier cosa, ven a verme.
[suena música dramática] Doctora Guzmán.
Comisario.
¿Podemos hablar con usted un momento?
Por supuesto.
¿Hay alguna novedad?
[Casas] ¿Le reconoce?
-Es Rafi, el hijo de Lidia, ¿no?
-[Casas] Efectivamente.
[hombre en altavoz] Sr. Castillo acuda a rayos, por favor.
[Casas] ¿Recuerda haberle visto durante su secuestro?
No.
Ya sabe que no recuerdo demasiado de todo aquello.
Doctora Guzmán, sé que usted debe guardar secreto profesional.
¿Qué tiene que ver el secreto profesional -con todo esto?
-Catherine Le Monnier era paciente suya.
¿La francesa le habló de él?
¿Son conscientes de lo que me están pidiendo?
¿Y usted?
¿Es consciente de que una mujer desaparecida puede pasar por lo que usted pasó?
¿O terminar como Isabel Freire?
Ayúdenos a encontrarla.
Y a cazar al hombre que casi la mata.
Creo que son razones poderosas para saltarse por una vez el secreto profesional.
No lo había visto hasta ahora, esa es la verdad.
Pero sabía quién era.
¿Qué le contó Catherine?
Tenían una relación tóxica.
Ya sabe, chica de buena familia que se fascina por delincuente, -nada original.
-Ya.
Catherine quería dejarlo, pero tenía una gran dependencia afectiva de Rafi.
Yo sabía que, si seguían juntos, iba a acabar mal, y se lo dije.
¿Y por qué no se lo contó a la policía cuando desapareció Catherine?
Porque semanas antes de que sucediera, ella me dijo que, que lo habían dejado.
Que él parecía haberlo entendido, y que habían quedado bien.
Y usted se lo creyó.
Era su médico.
¿Sus pacientes nunca le mienten?
[Casas] Está bien, doctora Guzmán.
Muchas gracias.
[voz de hombre en altavoz] ¿Alguna novedad?
Puede que estemos ante un caso de violencia de género.
Al parecer, Catherine quería dejarlo.
Él no lo acepto, y la hizo desaparecer.
¿Qué relación podría tener eso con Isabel Freire?
Quizá fue testigo de algo.
Hay que interrogarlo.
Sabemos que tenía una relación con Catherine Le Monnier.
¿Y eso está prohibido o qué?
[Casas] ¿Y por qué no informó a la policía cuando ella desapareció?
Ella era mayorcita, que se pire por su propia voluntad no es delito.
Conozco la ley.
Muchas películas es lo que ves tú.
También hemos encontrado sus joyas, y la cartera desaparecida de Isabel Freire.
Y claro, sus antecedentes.
Por no hablar de que fue visto en varias ocasiones merodeando por el hospital tras la desaparición de ambas mujeres.
Y la moto.
Como en la que huyó del lugar donde secuestraron a Sara Guzmán.
¿Qué?
¿Qué cojones dice de un secuestro?
Que lo llevas chungo.
Eso es lo que te dijo.
Me quieren cargar el muerto, pero yo no he hecho nada.
¿Y la cartera de Isabel?
A ver si la adivino.
Te la echaron en el buzón.
La encontré en el parking el día que la secuestraron.
[Rafael] No me digas.
No sabía que era suya, lo juro.
[Rafi se queja] Estaba... estaba tirada en el suelo del parking, y pensé que a lo mejor había algo de pasta, ¿vale?
Luego vi la noticia del secuestro y me acojoné.
Lo sé, no... no tenía que haberla cogido.
Imaginemos que me creo esa historia.
¿Cómo explica que las joyas estuviesen en poder de su madre?
Catherine me pidió que empeñase las joyas.
Quería irse.
No quería usar las tarjetas para que no la localizasen.
Has estado, hijo, pa que te den un Goya.
Que es cierto, joder.
¿Entonces dónde está Catherine?
Es que no lo sé.
Desapareció a los pocos días de darme las joyas.
[Casas] ¡Basta ya de mentiras!
O me dices dónde está Catherine, o te aseguro que no vas a volver a ver la luz del sol en los próximos 20 años.
No soy gilipollas, no tiene nada contra mí, y lo sabe.
Sino, estaría en el calabozo, y no en el hospital.
Me temo que no vamos a sacar nada de ese chico.
Tiene mucha calle.
No se va a acojonar.
Por si acaso, hay que revisar los videos del secuestro de Isabel Freire en el parking.
¿Otra vez?
Las que haga falta.
Examinemos las horas siguientes al secuestro.
Aunque sea poco probable, puede que diga la verdad y se encontrase la cartera.
O simplemente volvió al darse cuenta de que Isabel Freire había perdido sus cosas cuando la secuestró.
Tengamos eso en cuenta.
Déjenme a mí.
Yo sé el idioma que habla ese chaval.
Un ratito se va conmigo, y ya veréis -cómo cambia de canción.
-No, vaya a comisaria y que repasen los videos.
Y dese prisa, si Catherine aún está con vida, y él es el único que sabe dónde está, no tenemos un minuto que perder.
Y rastree sus movimientos en los últimos días.
Si la tiene retenida, ha tenido que ir a verla.
[timbre de teléfono] ¿Sí?
Ah.
De acuerdo, ahora mismo voy.
[respiración profunda] La madre de Catherine está aquí.
[suena música de suspenso] Sí.
Es de Catherine.
Lo recuerdo perfectamente, se lo regalamos cuando acabó medicina.
Todo este tiempo, y al final va a resultar que era el exnovio de mi hija.
¿Me quiere explicar qué han estado haciendo y por qué aún no ha aparecido mi hija?
[Sophie] No es tan sencillo.
¿Dónde está?
Se niega a colaborar.
Pues, oblíguenle.
Me da igual lo que tengan que hacerle.
Mi marido y yo ya no podemos más, ¡esto es una agonía!
Quiero que me devuelvan a mi hija, y si usted no puede hacerlo, yo me encargo.
¿Entendido?
Desde luego.
Quiero hablar con él.
Mmm-hmm.
A solas.
Eso es imposible.
Sabe perfectamente que para mi familia nada es imposible.
Con solo una llamada puedo conseguir eso y que la expulsen del cuerpo debido a su pésima gestión del caso.
¿Quiere que llame?
Discúlpeme.
-¿Cómo ha ido?
-Ha reconocido las joyas, son de su hija.
Pero eso no es todo.
No, hay algo más.
Quiere un careo con Rafi.
Supongo que le ha dicho que eso es imposible.
Sé que no es lo correcto, pero he accedido.
-No he tenido más remedio.
-No va a salir bien.
-Eso nunca sale bien.
-Solo él sabe dónde está Catherine.
Si realmente está enamorado de ella, esa mujer puede tocar su fibra sensible.
Le recuerdo que por eso acepté que Vidal -interrogara a Lidia.
-No es lo mismo.
Vidal es policía.
Yo confié en usted entonces.
Confíe en mí ahora.
Estaré presente durante el careo.
Lo que ocurra será responsabilidad suya.
Siempre lo es.
Yo dirijo esta investigación.
[suena música dramática] ¿Sabes quién soy?
No, y me da igual.
Soy la madre de Catherine.
¿Y?
¿Dónde está mi hija?
[risa] ¿Qué le hace pensar que le voy a decir algo que no le haya dicho a la policía?
Por favor.
No tienes nada que perder.
Y puedes salvarla.
No sé dónde está su hija, señora.
¿No saliste con ella?
Si aún la quieres, -dinos dónde está, por favor.
-Déjeme en paz, yo no tengo nada que ver con todo esto.
-¡Mientes!
-¡Que no me raye!
¡Se acabó la charla!
¿Crees que te vas a librar callándote?
Olvídeme.
Sáqueme de aquí, por favor.
Aún no hemos terminado.
[risa] No sé qué pudo ver mi hija en ti.
¡Eres basura!
[risa] Tiene gracia.
¿Sabe lo que me dijo Catherine?
"Mi madre te va a odiar en cuanto te vea, porque le recuerdas de dónde viene, y eso le jode".
[risa] Lo clavó.
Te lo pido como madre.
Devuélveme a mi hija.
Es lo único que me importa en este mundo.
[riendo] ¿Sí?
-¿De verdad le importa?
-Sí.
Curioso.
Ah... Catherine me contó muchas cosas sobre usted.
No sabe cómo la odiaba.
Me contó lo de su graduación.
¿Recuerda usted la graduación de su hija?
-Perfectamente.
-[Rafi] ¡Mentira!
No lo recuerda porque no fue.
Porque no quería que su hija estudiara medicina, y tampoco quería que viniera a España.
Tenía su vida planificada desde pequeña, y total ¿para qué?
[risa] Para acabar siendo una amargada como usted.
[chasquidos] Catherine no quería eso.
Quería vivir a su manera.
¿Estoy mintiendo?
Yo no tengo por qué dar explicaciones a un delincuente de poca monta como tú.
Me sé más historias de usted y de su marido, si quiere le cuento otra.
¿Qué has hecho con mi hija, desgraciado?
Si lo supiera, no se lo diría, porque su hija la odia.
No quiere volver a su lado, porque no quiere que le joda la vida.
[Sophie] Señora Le Monnier.
¡Eres un hijo de puta!
Y te vas a pudrir en la cárcel, ¿me oyes?
¡Me voy a encargar personalmente!
¡No verá a su hija en la puta vida!
-¡En la puta vida!
-¡Como le hayas hecho daño te mato!
¿Me oyes?
¡Te mato!
¡Joder!
[suena música dramática] Tiene que intentar tranquilizarse.
¿Y cómo quiere que me calme con lo que me ha dicho?
Es un psicópata.
Y si usted hubiera hecho bien su trabajo, no estaríamos así.
Comisaria.
El quinqui no mentía.
En las imágenes de la grabación se ve claramente como rebusca en el bolso y se queda solo con la cartera.
Volvió dos horas más tarde.
Pudo habérsela llevado, asesinarla, y volver para eliminar pruebas.
Entre usted y yo, si fuera el asesino, se lo habría llevado todo, ¿no?
O eso, o es tonto del culo.
Gracias, inspector.
A mandar.
Eh, comisaria.
Me han dicho que a la madre de Catherine se la ha ido la pinza con Rafi.
¿A quién se le ocurre?
¿Verdad, comisaria?
Fue idea mía, ¿alguna objeción?
No, ninguna.
-Informe al comisario.
-Sí, señora.
¿Alguna novedad?
Hemos comprobado la historia de Rafi con la cartera de Isabel.
Es tal como lo contó.
¿Y qué van a hacer?
¿Soltarle?
Ese cerdo tiene secuestrada a mi hija, estoy segura.
Tranquilícese, no vamos a soltar a nadie.
La investigación sigue su curso.
Déjenos trabajar, por favor.
Son ustedes unos inútiles.
Tienen detenido al culpable, y son incapaces de arrancarle una confesión.
Usted tampoco nos lo contó todo sobre la relación que mantenía con su hija.
No cruce esa línea, comisario.
Mandaré que la acompañen al hotel.
Gracias por su colaboración, señora Le Monnier.
[suena música dramática] No dejen entrar a nadie en esta habitación mientras yo esté dentro, ¿entendido?
[Belén] Víctor, necesito que entregues estos informes, -por favor... -¿Llevas el móvil?
-¿Cómo?
-¿Llevas el móvil?
-Eh, sí, ¿por?
-Llámame.
-¿Cómo?
-Has lo que te digo.
Entra en la habitación de Rafi con cualquier excusa y pon el móvil debajo de esos papeles.
-Ah, pero yo... -Tengo que saber qué es lo que están hablando en esa habitación.
-Vamos, luego te lo explico.
-Vale, vale, vale.
-Pero luego me lo explicas.
-Luego te lo explico.
Bien.
[timbre de teléfono] Ya está.
Eh... confío en ti.
¿Qué?
¿Después de la madre me va a traer al padre?
No, no va a hacer falta que venga nadie más.
Lo tengo todo bastante claro.
Sé que es inocente, las cámaras del parking del hospital confirman su versión de los hechos.
No robó la cartera de Isabel, se la encontró.
Se lo dije, pero no me hicieron ni puto caso.
-Soy inocente.
-[Belén] Necesito pasar -a ver a mi paciente.
-[policía] No puede pasar.
[Belén] ¿Cómo que no puedo pasar?
Le he dicho que no puede pasar.
Mire, me da igual lo que haya hecho ese chico, es mi paciente y necesito pasar.
Son ordenes de la comisaria.
Bueno, dígale a la comisaria que quiero hablar con ella.
[Sophie] ¿Qué sucede?
A ver, aquí no me están dejando hacer mi trabajo, ¿me oye?
No puedo atender a mi paciente.
Si no le pongo el antinflamatorio y su hombro empeora, será su responsabilidad.
Él solo cumple mis órdenes.
Entonces usted será la responsable.
Es un riesgo que estoy dispuesta a correr.
Muy bien.
[puerta se cierra] [Sophie] He venido a hacerte una oferta.
[Rafi] ¿Un trato?
A cambio de información.
[risa] No me haga usted reír, comisaria, que ya he estado adentro, y sé cómo va la cosa.
Paso de decirle nada, que luego me dejen colgado -y que me jodan.
-Todavía no ha oído -lo que tengo que ofrecerle.
-[Rafi] No tiene nada que me interese.
[Sophie] ¿Ni siquiera su libertad?
Solo tiene que decirme dónde está Catherine.
[Rafi] No.
Le estoy ofreciendo la posibilidad de empezar de cero.
¿Usted se piensa que soy gilipollas?
No tiene absolutamente nada contra mí.
Acaba de decirme que tiene un video que demuestra que soy inocente.
Un video que solo he visto yo.
Y que me costaría muy poco hacer desaparecer.
¿Quiere ponerme a prueba?
Si no me ayuda, va a cargar con un crimen que según usted no ha cometido.
Pero si dice la verdad y es inocente, no tiene nada que temer.
Sé que su vida no ha sido fácil.
Y sé que quiere a Catherine.
Dígame dónde está, y podrán empezar una nueva vida juntos, lejos de todo.
[suspiro] Es que no es tan fácil.
[Sophie] ¿Por qué?
¿Qué está pasando?
Da igual donde vayamos.
-Catherine está en peligro.
-Le pondremos protección.
[risa] No servirá de nada.
Han matado a una compañera de mi madre, y han secuestrado una doctora.
¿Y que tiene eso que ver con Catherine?
Todo.
¿Sabe quién lo hizo?
-No.
-Míreme a los ojos, -sé que me está mintiendo.
-Es que no lo sé.
Si no me ayuda, no podremos protegerla.
¿Dónde está Catherine?
[suena música dramática] Júreme que no le va a pasar nada.
Ni a ella ni a mí.
Tiene mi palabra.
[suena música dramática] [Casas] ¿Y los demás?
Quería hablar contigo a solas.
Sabes como están las cosas con los franceses.
Nada de secretos.
[Víctor] La francesa ha hecho un trato con Rafi a nuestras espaldas, a cambio del paradero de Catherine Le Monnier.
No tiene potestad para ofrecerle eso.
Como si les importase.
Esa gente solo quiere la foto con Catherine.
Nos están haciendo la cama.
¿Y el hijo de Lidia le ha dicho dónde está?
Sí.
Está organizando un operativo para liberarla.
Espera, hay... hay algo más que quiero decirte.
¿Qué hay sobre tu renuncia al caso?
-Creo que deberíamos hablar... -Eh, si vas a recriminarme que lo hice para marcar distancia con vosotros, puedes ahorrártelo.
Tu opinión quedó clara.
Espera.
Ahora no.
[timbre de teléfono] [suena música de suspenso] [sirena de policía] [exhalación] [quejido] Joder.
[suena música de suspenso] [resuello] [vidrio quebrándose] La madre que me pario.
La madre que me pario.
Joder.
¡Abrid la puerta!
[respiración agitada] Joder, joder, joder.
¡Un médico!
¿Pero qué...?
Hay que llevarle a boxes inmediatamente.
-No, no puede salir de aquí.
-¿Pero qué está diciendo?
¡Es una urgencia!
¡Asumo las consecuencias!
Avisad a control, por favor, deprisa.
¡Vamos!
[timbre de teléfono] [suena música de suspenso] La madre que me parió.
Hijo de puta.
Me cago en sus muertos, en los muertos de sus muertos.
[suena música de suspenso] ¡Víctor!
Rafi se ha escapado.
Gracias.
Alain, el hijo de Lidia se ha escapado.
¿Dónde vas?
No vuelvas a joderme, por favor.
No, cariño, eres tú el que te estás jodiendo la vida por esa chica, yo no.
Tengo que salir de aquí.
[suena música de suspenso] -[Alain] Aviso a la comisaria.
-[Víctor] No, espera.
-[Alain] ¿Qué?
-Si tiene secuestrada a Catherine, no lo detengamos, sigámosle.
Quizá nos lleve hasta ella.
Joder.
[quejido] [motor enciende] [quejido] [suena música de suspenso] -¿Os habéis enterado ya?
-[Casas] ¿Cómo se han enterado?
Se ha escapado nuestro principal sospechoso.
¿A qué estabas esperando para decírmelo?
No se ha escapado, le hemos dejado que se vaya para que nos lleve hasta la chica.
La comisaria Leduc ha ido allí.
No le va a encontrar, le ha engañado.
No lo perdáis de vista.
Entendido.
Te mando la ubicación.
Daos prisa.
¿No vas a avisar a la comisaria?
-No.
-Víctor, que nosotros hayamos hecho las cosas mal no significa que tengáis -que hacerlo vosotros también.
-A buenas horas.
¿Me estáis ocultando algo más?
Parece que hemos llegado.
Ya te lo contaré.
[Víctor] Bienvenido a la burbuja inmobiliaria.
[suena música de suspenso] Estamos en la urbanización Monte Roble.
Te he mandado la ubicación.
[Vidal] Llegamos en cinco minutos.
Daos prisa, cojones.
[suena música de suspenso] [golpe metálico] Joder.
[puerta se cierra] [suena música de suspenso] Víctor.
[Víctor] Mierda.
Mierda, se ha escapado.
Yo sigo por ahí, tú ve por ahí.
-[Víctor] ¿Sí?
-Hemos llegado.
Está con ella, se ha escapado.
-No han podido ir muy lejos.
-¿Dónde estáis?
En el piso que tiene luz.
[Casas] Bien.
Vidal, tú ve por atrás.
Yo vigilaré esta zona.
Ten cuidado.
Sí, señor.
[suena música de suspenso] [motor enciende] [suena música de suspenso] ¡Alto!
¡Alto!
[disparos] [chirrido de neumáticos] No.
No.
-[Rafael] Mierda.
-Tranquilo, tranquilo.
Aguanta.
-¿Respira?
-Respira.
-¿Eh?
-Respira.
-Respira.
-Llama, llama a la ambulancia.
Llama a la ambulancia.
Mierda.
[Alain] ¡Rápido!
-Aguanta.
-Dale aire.
Aguanta.
Cálmate.
[Víctor] Mierda.
Mierda.
[quejido] [grito ahogado] Putain!
[Rafi grita] ¡Ah, joder!
[inaudible] Putain!
Espera.
¡Aprieta, aprieta!
[Rafi grita] Aprieta fuerte aquí, ¿vale?
Te vas a poner bien, ¿vale?
Vale, cariño, tranquilo.
Joder.
Joder.
Putain!
[respiración agitada] [llanto] [suena música de suspenso] -[Belén] ¿Qué ha pasado?
-[Rafael] Lo han atropellado.
Un animal se lo ha llevado por delante.
Tiene trauma craneal con otorragia y traumatismo torácico y abdominal.
[Belén] Cuidado, por favor.
Lidia, que tengan el quirófano preparado, pásale a escáner.
A prueba cruzadas.
¡Avisa al doctor Legarra!
[Sophie] ¿Se puede saber dónde están todos?
[Rafael] En el hospital.
El comisario está muy grave.
[Víctor] Belén, Belén.
No puede dejar -que Daniel lo opere.
-Tranquilo, tu jefe va a salir de esta, de verdad.
Que no es solo mi jefe.
Es mi padre.
[Rafael] Su hijo ya está jodido, pero si el jefe no sale de esta, no lo va a salvar ni Dios.
[Belén] El doctor Lagarra no está en condiciones de realizar esta operación.
Daniel sufre la enfermedad de Parkinson.
Lo siento, doctor, pero creo que es mejor que no opere en estas condiciones.
Hija de puta, esto no va a quedar así, ¿me oyes?
Si quiere acabar con este hospital, póngala al frente del servicio.
Me ocuparé de ella, pero escúchame una cosa.
Que sea la última vez que me das una orden.
[suspiro] No te tortures, hijo.
Somos policías.
Estas cosas van con el puesto.
Rafi, hayas hecho lo que hayas hecho, entrégate.
Por favor, no empeores más las cosas.
La investigación ha cambiado de rumbo.
-¿A qué se refiere?
-Creemos que Rafael Martínez no tenía secuestrada a su hija.
Soy inocente, y la policía lo sabe.
Puede que tuvieras una buena excusa para el robo de la escopolamina, pero si yo hablara, ¿cómo explicarías todo lo demás?
-[Sophie] Vigile a Víctor.
-No deberíamos correr más riesgos.
Hay que contárselo.
-[Sophie] Estamos muy cerca.
-¿De qué?
¿Hmm?
Sabías perfectamente que más tarde o más temprano este día tenía que llegar.
Le juro que si pierdo mi puesto, todo el mundo sabrá la verdad.
[Víctor] ¿Qué hace?
[Sophie] Sabemos lo que se traen usted, Marcos Lara y doña Adela.
Ellos están dispuestos a cargarle con la culpa de lo del jardín.
Por mí no hay problema, solo necesito un culpable y usted me sirve.
-Eso no puede hacerlo.
-[Alain] Lo tengo.
Y ahora sí que necesito refuerzos.
No sé lo que me voy a encontrar aquí.
Dígame dónde está.
No se lo va a creer.
Estoy en el... ¿Alain?
[resuello] [respiración agitada] [Belén] Catherine.
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